Tres cosas que no me gustan de Málaga.

Málaga es un lugar que está lleno de cosas por conocer y hacer, que ha llegado a ser nombrada como una de las mejores ciudades del mundo para vivir y la cual amo por completo, pero desgraciadamente no todo puede ser perfecto. Hay algunos aspectos de su vida diaria que, a pesar de tener casi tres meses viviendo aquí, no me puedo acostumbrar.

El cigarro: por la mañana, por la noche, en el desayuno, en la comida, en la cena. Los malagueños fuman y mucho. No importa la hora, siempre verás a una persona fumar. Siendo una persona que no tiene este vicio, es bastante molesto ir caminando (sobre todo en las mañanas al ir a la escuela) y respirar ese desagradable aroma.

Calles que parecen banquetas: creo que nunca me haré a la idea de esas calles tan angostas y con aspecto de banqueta que hay en Málaga. Podrá haber un mundo de personas caminando por ellas (lo admito, en su mayoría turistas) y un carro o moto saldrá de la nada, por lo que tenemos que hacernos chiquitos para evitar que nos atropellen. No se si haya falta de señalamientos o que, pero siempre caeré en el error.

Horarios de los comercios: Oh por Dios, por donde empiezo. Venir de un lugar donde prácticamente puedes encontrar tiendas abiertas 24/7 y llegar a otro en el cual la mayoría de los 'super' abren algo tarde (a las 9:00-10:00 de la mañana), cierran a la hora de la siesta (entre 2:00-4:00 de la tarde aproximadamente) además de temprano (9:00 de la noche, mas o menos) y los domingos esta totalmente cerrado es horrible. Si te olvidaste de comprar algo, estás perdido. (Y por si fuera poco, ¡cobran las bolsas de plástico!).

En fin, son cosas a las cuales uno se tiene que adaptar, pero estando en un lugar tan bonito como este, todo se le perdona. También son pequeñas cosas que te hacen valorar más a México.

Para demostrarles que no todo es malo Málaga, les comparto cinco fotos de mis vistas favoritas de la ciudad. ¡Hasta la próxima!

Vista nocturna del río Guadalmedina.

Panorámica de la calle Paseo del Muelle Dos.

Palmeral de las Sorpresas.

Vista del atardecer desde el Puente del Perchel del río Guadalmedina y barrio de Soho.